El despertador suena y me levanto de un salto por el fuerte sonido que emite, todavía no amaneció y hace frío como para salir de la cama a esta hora. Son las 07 de la mañana. De todas formas me levanto, voy a poner la pava, me lavo la cara y luego preparo las cosas. Bolsa con los folletos para repartir SI, mochila SI, carpeta con elementos varios SI, cámara de fotos SÍ, pilas cargadas NO (pero en ese momento todavía no me había dado cuenta, je), comida SÍ. Aparentemente ya tenía las cosas listas. Ahora el momento del desayuno, luego de un café con leche fugaz ya tenía que salir para buscarlo a Bernardo a las 7:30 hasta eso el día ya iba tomando un poco más de luz y color. Parecía que el buen tiempo nos acompañaría durante la jornada.
Luego de 10.000 vueltas en el 5A y su posterior transbordo el 5B, llegamos al Vitale a las 9:10 masomenos, al momento bajar del colectivo nos encontramos con Peque y Paul de la Comunidad de San Antonio. Ya en el lugar de los hechos, fuimos recibidos con mucha alegría y un gran oso polar que pisaba una pelota de fútbol hacía un ademán de saludarnos al momento de entrar. Luego de recibir el distintivo con los nombres empezamos el recorrido, mi alero de esta vez me acompañaba a todos lados, a veces de aburría y otras veces no tanto.
Ya estaban esperando ansiosos el comienzo de las actividades los chicos de las Comunidades de Jesús Misericordioso, Santa Teresa, 20 de Junio, Itatí, Catedral, Fátima Rosario de Lerma y Quijano (muy bien diez en puntualidad las comunidades del Interior). Ya estaba empezando a confesar el Padre Miguel y adentro de la cancha de básquet el equipo de liturgia se encontraba preparando todo para la realización de la misa que presidiría el Padre Néstor, el párroco del lugar. Ahí adentro se respiraba un aire distinto, se percibía una gran emoción y expectativa de lo que iba a venir, de a poco iban llegando el resto de las Comunidades y los palestristas no terminaron de llegar en todo el día, al momento de sacar las fotos por Comunidad muchos me decían: “pará que todavía no llegamos todos...”.
De esta manera la misa empezó después de las 09:30 y los palestristas le pusieron un toque especial al momento de los cantos, que eran acompañados con palmas y entonados con mucha emoción.
Bien finalizada la misa, habiendo alimentado al alma le tocaba alimentarse al cuerpo, lo cual hicimos a través de unos poderosos mates cocidos con pan que nos ofrecieron los anfitriones.
Después de esto, entramos nuevamente a la cancha de básquet techada y luego de la explicación de las reglas del juego, por parte de Gustavo y Juli, los animadores de María Reina, la Comunidad se presentó con dos coreografías dignas de una competencia de baile al estilo “bailando por un sueño”, y lluvia de aplausos para todos ellos. Vinieron los cantos de animación, la batucada y tanto desborde de emoción y alegría no cabía entre las paredes del complejo.
Tuvimos que bajar un par de revoluciones para poder atender a la actividad siguiente, la charla-taller sobre las características de San Pablo que estuvo dirigido por el Hernán Cardozo y el Sergio “Pelao” Valdez, quienes se ayudaron con la tecnología para hacer llegar su mensaje, pasando un video sobre la conversión de San Pablo y otro con su biografía. Luego de las palabras de Hernán empezamos el taller divididos según los países que nos tocaron a cada uno. Allí trabajamos con citas bíblicas alguna de las características del Apóstol Pablo y cada uno reflexionó sobre el mensaje de estas citas. La conclusión a cargo del Pelao nos animó a seguir reflexionando el mensaje que nos había dado el Padre Néstor en la misa: identificarse con Cristo para llevar su mensaje a nuestros ambientes como lo hizo San Pablo.
Tanto pensar y reflexionar nos hizo dar un poco de hambre de nuevo, así es que llegó el momento del almuerzo a la canasta. Con los muchachos tuvimos que hacer la multiplicación de panes, ya que no nos alcanzaban tres sándwiches, tres milanesas y unas papas para los cuatro (Chifla, Bernardo, Marquitos y el que suscribe). En el almuerzo-show tuvo una actuación destacada la voz de Brenda de la Comunidad de María Reina, quien nos deleitó con algunas canciones. Panza llena, corazón contento continuó la diversión con un conjunto musical que interpretó varios temas que hicieron bailar a la multitud de palestristas congregados en el Vitale.
Luego de esto, nos volvimos a separar por equipos (selecciones) para dar pie al momento de mayor diversión en todo el día: Los Juegos. Las Olimpíadas probaron las destrezas de los palestristas en exigentes pruebas físicas y mentales como “La guerra de almohadazos”, “El Metegol Humano”, “La Carrera de Caballos”, “El Troncomovil”, “La puntería a los patitos” y “El Mercadito Bíblico”, entre otros. Luego de superar numerosas pruebas, mediante el trabajo en equipo y confiando en la Providencia Divina y en el temple de nuestra querida capitana, Taly de Las Costas, los del equipo griego llegamos a la semifinal ansiosos por saborear el gusto de la victoria. Llegamos junto a los equipos de Nigeria, Chile y Holanda quienes también tenían hambre de gloria.
Pero aún faltaba una dura prueba para coronarnos campeones y del otro lado había un rival caracterizado por su frialdad y su garra al momento de las definiciones: Nigeria. La velocidad y resistencia de Fede de Casino y Maira de Santa Ana II, hicieron que nuestras ilusiones se quebraran al quedar fuera de carrera. Es así, que a la final la protagonizaron Nigeria y Holanda coronándose campeones absolutos los nigerianos (y bue al menos perdimos contra los campeones, je). Luego la confraternidad entre los equipos llegó al ritmo del cuarteto que hizo bailar a todos y luego algunas cumbias. La competencia de baile posterior contó con las destacadas actuaciones de los locales, cuyos pasos no pudieron ser igualados por ninguno de los presentes, quienes se debían conformar con mirar asombrados. Y así se nos fue la tarde.
Llegó el momento de reponer energía con otra dosis de mate cocido, después de lo cual empezamos la Proseción en honor a nuestro Santo Patrono San Pablo, mientras marchábamos el día ya estaba llegando a su fin y el Sol se ocultaba por el Oeste, pero la alegría palestrista seguía iluminando la jornada. Al compás de los cantos y secundados por la batucada nos despedimos agradeciéndole a Dios por las constantes bendiciones y por permitirnos vivir estos lindos momentos.
Muchas felicitaciones a los chicos de la Comunidad de María Reina por este gran esfuerzo y el lindo desafío que pudieron cumplir exitosamente.
Así es que el local de Grido de frente a la Parroquia nos tentó y fuimos a tomar helado. Luego de esto, marchamos para casa encontrando a Marcelo de la U.N.Sa. en el camino y a los chicos de Ciudad del Milagro, que aún seguían muy eufóricos, en el colectivo.
Al llegar a casa sopita y a la cama.
Iván R.
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